miércoles, 7 de abril de 2010

En Concreto: El gasto público en materia de energéticos

Laura Itzel Castillo
El Universal
07 de abril de 2010

Existe una campaña permanente en los medios de comunicación masiva que busca hacernos creer que empresas públicas como Pemex, Comisión Federal de Electricidad (CFE) o Luz y Fuerza del Centro son ineficientes e improductivas por el sólo hecho de ser paraestatales. La falacia derechista tiene por objeto que la opinión pública nacional acepte como “necesaria” la participación de empresas privadas extranjeras en materia energética, no obstante que ese estratégico sector está reservado de manera exclusiva por la Constitución al Estado mexicano.
Las empresas públicas nos son ineficientes por sí mismas, sino como consecuencia de decisiones ideológicas, contradictorias con el interés nacional y francamente ilegales, tomadas por la actual y por anteriores administraciones públicas. La coincidencia de todos estos gobiernos, a pesar de su origen partidario diverso, es su afiliación al neoliberalismo globalizador, en oposición al Estado nacional. Como consecuencia el daño patrimonial al país ha sido enorme y creciente.
El Informe de resultados sobre la cuenta pública 2008, que presentó recientemente la Auditoría Superior de la Federación, es bastante ilustrativo. En el sector energético, por ejemplo, la fiscalización arroja poco más de 500 millones de pesos probables de recuperarse, de los cuales a Luz y Fuerza corresponden alrededor de 200 millones y a Pemex Exploración y Producción (PEP) más de 150 millones. Esta última cifra es relevante, pues la misma instancia reconoce que el yacimiento de Chicontepec, ubicado en Puebla y Veracruz, no es rentable debido a que sólo se recuperan 2.5 centavos por cada peso invertido antes de impuestos.
¿Cómo es posible que las recuperaciones probables sean menores para un proyecto de la magnitud de Chicontepec? ¿Acaso no se revisaron las condiciones en que se contrató la perforación de pozos? ¿Es admisible que se perfore indiscriminadamente sin que se conozca en términos geológicos la declinación esperada?
¿Acaso esto no es ceder la renta petrolera? Si la propia Auditoría Superior de la Federación admite que no existe la tecnología en el mundo para la extracción, ¿por qué no se exige la suspensión del proyecto?
Más aberraciones: Pemex envió a la atmósfera diariamente más de 1,300 millones de pies cúbicos de gas natural durante 2008. La quema de gas es, literalmente, un robo a la nación, que busca satisfacer la demanda de crudo de Estados Unidos. Existe la tecnología para poder aprovechar el gas que viene asociado con el petróleo. Éste no debe seguirse desperdiciando en la atmósfera.
Desde hace décadas se ha demandado el aprovechamiento de este valioso recurso, no obstante las autoridades, sexenio tras sexenio, han actuado con la mayor irresponsabilidad.
Heberto Castillo Martínez escribió en 1977 en la revista Proceso un artículo titulado “¡Cómo deseo estar equivocado!”. En él relata la entrevista que tuvo, siendo dirigente del extinto Partido Mexicano de los Trabajadores, con el entonces Presidente de la República, José López Portillo. Cito: “Respecto del petróleo, el Presidente nos explicó que el gas brotaba con el petróleo, que no se le podía separar y que una vez en explotación había sólo una alternativa con el gas: quemarlo o venderlo”. Hasta aquí la cita.
El pasado lunes 5 de abril el ingeniero Castillo cumplió 13 años de haber fallecido y casi 33 de haber escrito el texto citado. Pregunto: ¿cómo es posible que después de tantos años, se siga diciendo que no se puede aprovechar el gas? En el informe entregado a la Cámara de Diputados recientemente la Auditoría Superior de la Federación afirma que en la actualidad no se cuenta con la infraestructura para el aprovechamiento del gas.
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Propuesta de Punto de Acuerdo en la Cámara de Diputados

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El Marxismo y los Sindicatos

Guillermo Flores
El Militante
Marzo del 2010

Ofrecemos al lector este articulo a manera de introducción respecto la importancia del sindicalismo para el movimiento obrero, así como las contradicciones que se presentan en este tipo de organizaciones en la situación actual de decadencia capitalista
Conforme se desarrollaba la economía feudal también lo hacia la economía capitalista. Y poco a poco la burguesía fue tomando el poder económico. Las revoluciones terminaron por cederle todo el poder a la burguesía. Ahora pasa exactamente lo contrario mientras se desarrolla el capitalismo, unos cuantos amasan grandes fortunas. El avance del sistema capitalista en un principio fue progresista, pero ahora se ha vuelto un freno para la humanidad.
En la sociedad en la que vivimos todo se basa en el intercambio de mercancías que es el producto del trabajo. Esto lo dedujo Marx. Por supuesto estas relaciones son mucho más complejas, Marx en su obra El capital, profundiza sobre esta cuestión de una forma asombrosa.
Si queremos explicarnos porque la gran desigualdad social, el individualismo, los bajos salario etc. Tenemos que entender que las relaciones sociales están sujetas a lo que sucede con el intercambio de mercancías.
El campesino, vende su maíz, el obrero su fuerza de trabajo, el comerciante sus productos, el empresario vende sus autos y así podemos poner un sinfín de ejemplos que todo nos lleva a la compra y venta de mercancías.
Las mercancías se intercambian de acuerdo con la cantidad de trabajo invertido en ellas, la misma fuerza de trabajo es una mercancía. Esta fuerza de trabajo produce valores, estos valores regularmente valen más que lo que recibe cada trabajador. Esto es lo que produce la desigualdad. Ese excedente o plusvalía como le llamo Marx se lo apropian los capitalistas para seguirse enriqueciendo. Quien se apropia de esa plusvalía se apropia de todo, del estado, la educación, la ciencia.
Las maquinas no producen plusvalía, solo los trabajadores, por eso una y otra vez la burguesía intentara a apropiarse de la plusvalía del trabajador. Y los trabajadores una y otra vez intentaran mejorar sus condiciones de vida dando luchas encarnizadas. Como menciona el manifiesto comunista escrito por Marx y Engels en 1848 “la historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases”.
Es inevitable la caída del sistema capitalista, pero no va a caer por si mismo. Marx comprendió que para derribarlo antes había que entender su funcionamiento y desarrollo. El marxismo es una ciencia y una guía para la acción. Entender el Marxismo es necesario para todo activista revolucionario con deseos de intervenir en el movimiento obrero.

LOS PRIMEROS SINDICATOS

En Inglaterra con la Revolución industrial nació el proletariado, en el periodo comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX y después en el resto de Europa. La utilización de la máquina de vapor y la Spinning Jenny, una potente maquina de hilar y otra serie de dispositivos mecánicos revolucionaron el modo de producción. Pero estas maquinas muy costosas solo estaban en manos de los poderosos capitalistas. Y así se fue desarrollando el moderno sistema fabril. Después de introducir la maquinaria moderna, se dio un movimiento llamado ludismo que se caracterizaba por destruir esa maquinaria, los trabajadores creían que la culpable de sus desgracias era la maquina. Se desarrolló entre 1800 y 1830, fundamentalmente en Inglaterra.
A finales de 1800, también en Inglaterra surgieron las primeras asociaciones de trabajadores, las “sociedades de ayuda mutua”. Intentaban unificar a los obreros para conseguir mejoras laborales y salariales. Solo visualizaban cuestiones económicas. Poco después surgió la ley llamada “combinations Laws “ que prohibía toda asociación de obreros, entonces estas agrupaciones pasaron a ser ilegales.
En 1824 cuando fue abolida la Combination Laws, los trabajadores se organizaron en los sindicatos (Trade Unions) y cooperativas. Ambos sistemas carecían de reivindicaciones políticas. Los sindicatos, aunque tolerados, no se constituyeron legalmente hasta 1871
Durante la década de los años treinta los Trade Unions fueron ampliándose y dejaron de estar limitados localidad, abriéndose paso un sindicalismo de ámbito estatal.
En 1834 Robert Owen reunió varios sindicatos en la Great Trade Union, alcanzando tal éxito que fue ilegalizado por el gobierno.

El Cartismo

El Cartismo fue de las primeras luchas del movimiento obrero con tintes políticos. El término procede de la “Carta del Pueblo”, una carta que los trabajadores enviaron al Parlamento Británico en 1838, en el que se reivindicaba el sufragio universal masculino y la participación de los obreros. Como vemos ya esta implícita la lucha política. La duración de este movimiento abarcó una década, entre 1838 y 1848.
En Alemania nació la Asociación General de Trabajadores Alemanes (1863), en España la Unión General de Trabajadores UGT (1888), en Francia la Confederación General del Trabajo CGT (1895), en Estados Unidos el American Federation of Labor AFL (1886).
Del manifiesto comunista “Los obreros empiezan a formar coaliciones contra los burgueses y actúan en común para la defensa de sus salarios. Llegan hasta formar asociaciones permanentes para asegurarse los medios necesarios, en previsión de estos choques eventuales. Aquí y allá la lucha estalla en sublevación.” “A veces triunfan; pero el triunfo es efímero. El verdadero resultado de sus luchas no es el éxito inmediato, sino la unión cada vez más extensa de los obreros”

MARX Y LOS SINDICATOS

Marx no solo escribió sobre cuestiones económicas, también lo hizo sobre las organizaciones obreras, en su libro acerca de los sindicatos explica que la finalidad del patrón es disminuir su salario lo más posible. Que el interés de cada capitalista es aumentar sus ganancias mediante la disminución del salario del trabajador estimulado por la competencia entre capitalistas.
Y define para qué son los sindicatos: “son sociedades de seguridad creados por los mismos obreros”(…)“la finalidad de los sindicatos tiene como fin impedir que los niveles de los salarios disminuyan por debajo de la suma pagada tradicionalmente en las diversas ramas de la industria, y que el precio de la fuerza de trabajo caiga por debajo de su valor”.
Los obreros no organizados siempre sufren disminución en sus salarios y golpes en sus derechos laborales, incluso existe aumento en las horas de trabajo. Esto ocurre con más fuerza cuando dentro del ciclo económico, la crisis está latente.
Marx también explica que los capitalistas no necesariamente necesitan una organización formal, dado que su número es mucho más pequeño al de las masas trabajadoras, con sus relaciones sociales y económicas suplen a la organización. Pero no sucede lo mismo con los trabajadores, en este caso necesitamos una organización bien definida con una dirección clara con estatutos y línea política. Los estudios de Marx se basan en las luchas obreras de 1800 y el movimiento cartista. En 1824 en Inglaterra fueron reconocidas las organizaciones obreras y logran regularizar los salarios lo más cercano al valor de la fuerza de trabajo. Con el tiempo los sindicatos, no solo regularon los salarios, también consiguieron que la clase obrera participara en el parlamento. Pero poco a poco se fueron olvidando para lo cual se habían creado.
Marx fundo la primera internacional cuyo objetivo era guiar al movimiento obrero en todos los países. La internacional era como un partido que aglutinaba a todas las organizaciones, de esta manera pretendía orientar a los sindicatos.

PARTIDO Y SINDICATO

Los clásicos del marxismo desmostaron que es insuficiente impulsar la lucha a través de los sindicatos, las reformas concedidas al trabajador al poco tiempo te las arrebataban. Lenin le dio mucha importancia a la relación entre el partido y el sindicato.
Los trabajadores organizados en sindicatos en muchos países ni siquiera llegan al 30%, además de que estas agrupaciones se encuentran dispersas y sus intereses son meramente gremiales. Por ello es necesario un partido revolucionario que pueda cohesionar las luchas de todos los trabajadores sindicalizados y no sindicalizados. Un partido que logre dirigir las luchas hacia la toma del poder.
Hay oportunidades excepcionales en que las masas de trabajadores expresan su descontento saliendo a las calles por miles incluso millones, pero si no existe un partido que canalice ese descontento, apoderándose del control de las principales palancas de la economía y poniéndolas al servicio de los trabajadores, entonces la oportunidad se esfumara y para tener otra oportunidad tendrá que pasar mucho tiempo, incluso decenas de años.
En 1917 en Rusia sin la existencia del partido bolchevique hubiera sido imposible la toma del poder por parte de los trabajadores. Pero formar un partido revolucionario no es una cuestión sencilla ¿entonces qué hacer?
Necesitamos participar en las organizaciones de masas de los trabajadores como los sindicatos. Este trabajo está lleno de contradicciones sin embargo tenemos que irlos resolviendo estudiando la rica experiencia de las luchas obreras.
Lenin por ejemplo se preguntaba ¿Debemos actuar los revolucionarios en los sindicatos reaccionarios? Y respondía “No actuar en el seno de los sindicatos reaccionarios significa abandonar a las masas obreras, insuficientemente desarrolladas o instruidas, a la influencia de las ideas reaccionarias, de los agentes de la burguesía”.
Antes de los procesos revolucionarios de 1905 en Rusia el partido socialdemócrata estaba debilitado y en un total caos, los bolcheviques no estaban en muy buenas condiciones. Pero comenzaba a ver una nueva etapa de descontento y oleadas huelguísticas. En el periodo de 1900 y 1902 Zubatov, creó sindicatos legales, pero los controlaba la policía. Por supuesto solo era para encausar el descontento a canales menos apolíticos. La naturaleza aborrece el vació y al no haber otra alternativa dado que el partido estaba en ruinas, los trabajadores entraban por miles en estos sindicatos policiales, incluso organizaban huelgas.
¿Como entonces reconstruir el partido si había pocas posibilidades dentro del régimen zarista? Lenin lo explica “Bajo el régimen Zarista, hasta 1905, no tuvimos ninguna posibilidad legal; pero cuando el policía Zubatov organizo asambleas y asociaciones obreros reaccionarias con objeto de cazar a los revolucionarios y luchar contra ellos, enviamos a miembros de nuestro partido, que establecieron contacto con las masas, consiguiendo realizar su agitación y arrancar a los obreros de la influencia de los agentes de Zubatov”.
Es un hecho que tenemos que ganar a los sindicatos al movimiento revolucionario, pero los sindicatos tienen sus límites. Tenemos que crear un partido.
Para construir el partido revolucionario no basta con proclamarlo, tenemos que encontrar el camino hacia las masas y para ello tenemos que surfear un sinfín de dificultades. Ahí donde están los revolucionarios tenemos que estar, ya sea instituciones, sociedades o sindicatos.
Tenemos que aplicar los principios del socialismo científico con sus tácticas y estrategias tomando en cuenta las condiciones especiales que existen en cada país.
En el último periodo hemos presenciado procesos revolucionarios en Irán, Bolivia, Venezuela etc. Pero la oportunidad de que los trabajadores se apoderen de los bancos, la industria, el campo etc., se ha ido por la borda. En 2006 en México millones salían a las calles a protestar contra el fraude electoral al no existir un partido revolucionario se perdió la oportunidad de echar atrás el fraude e incluso de tomar el poder.
La consigna de la toma del poder no es una cuestión meramente romántica, con las principales palancas de la sociedad manejadas por los trabajadores, hay inmensas posibilidades de desarrollar la producción en la industria, el campo, las ciencias las artes y todo seria en beneficio de la clase obrera.

Luchas económicas y limites en el sindicato

Formar un partido revolucionario, no es una cuestión sencilla, como tampoco lo es el trabajo en los sindicatos y más cuando al frente de estos encontramos dirigentes reformistas. Hay que conocer y explicar el papel del capitalismo, de la burguesía y de las direcciones reformistas al interior de los sindicatos.
Los sindicatos fueron un avance importantísimo para los trabajadores, tener agrupaciones que defendieran sus intereses permitió que sus salarios por lo menos no cayeran por debajo de lo “legal”.
Sin embargo cuando se dio un ascenso dentro del ciclo económico del capitalismo y hubo forma de dar ciertas concesiones a los trabajadores, los dirigentes se olvidaron de continuar la lucha hasta el final y se conformaron con recibir las migajas que caían de la mesa de la burguesía.
Los marxistas no vemos con malos ojos la lucha por las reformas, es mas son necesarias para elevar el nivel de conciencia de los trabajadores además de que se dan cuenta del potencial que tienen como clase. Reiteramos que estamos de acuerdo en que los sindicatos deben luchar por mejoras salariales, mejores prestaciones, más recreación para las familias de los trabajadores etc. Eso y mas, pero como lo hemos mencionado, con el tiempo la burguesía nos lo vuelve a quitar.
Y en tiempos de crisis la burguesía no esta dispuesta a ceder absolutamente nada. En tiempos de crisis no hay cabida para el reformismo. Sin reformas no hay reformismo.
Por eso necesariamente las luchas por mejoras económicas deben estar ligadas a la lucha por la transformación de la sociedad. Los sindicatos deben luchar por reivindicaciones económicas, pero sin dejar de lado, el objetivo final, que es nacionalizar la banca, la industria y ponerla bajo control obrero.
Las luchas contra la burguesía, solo podrán terminar cuando el poder político y económico pase a manos de la clase obrera.

Trotsky

Si bien hemos leído que los trabajadores formaron sindicatos en defensa de sus condiciones mínimas, a través de la experiencia se ha demostrado que no es suficiente organizarse en sindicatos. Lenin y Trotsky escribieron mucho sobre esto y llevaron acaloradas discusiones con sindicalistas, principalmente de cómo deberíamos intervenir en los sindicatos y cual era el papel de estos.
Con el desarrollo del capitalismo, las organizaciones obreras tuvieron un acercamiento con el poder estatal y los revolucionarios se encontraron ante nuevos retos y tareas. Surgieron ideas y tácticas incorrectas de cómo intervenir en los sindicatos.
Trotsky abundo sobre el tema, teniendo más referencias y experiencias de luchas sindicales. De su artículo comunismo y sindicalismo: “el partido comunista es la herramienta fundamental para la acción revolucionaria para el proletariado” y continúa explicando que la dirección del partido surge de todas las organizaciones obreras incluyendo los sindicatos.
Insiste en la unión del partido a los sindicatos: Por que somos repetitivos con respecto a esta situación. Por que aun existen voces que hacen un llamado a la autonomía sindical frente a la dirección del partido comunista. Y como ya lo hemos explicado la lucha sindical no puede estar desligada del partido revolucionario.
Por su puesto cuando nosotros decimos partido no nos referimos a los partidos creados por la burguesía. En México conocemos al PAN y al PRI, evidentemente no nos referimos a esta clase de partidos. Con ellos si pugnamos por una separación. En los hechos no existen ni existirán sindicatos independientes, la CROM y la CROC por ejemplo siempre han estado ligados a la burguesía, primordialmente el priista. Por que entonces no pugnar por que los sindicatos estén ligados a un partido revolucionario.
Cuando decimos partido, hacemos referencia aun partido con una dirección revolucionaria dispuesta a derrotar a la burguesía y sus esbirros. Es decir que la verdadera independencia de la clase obrera solo se llevara bajo la conducción de un partido revolucionario.
Después de que la burocracia estalinista se apodero del estado bolchevique y de la internacional, la tesis de la revolución en un solo país y una serie de tácticas incorrectas fueron la orientación política para los partidos comunistas de otros países, así como a los sindicatos. Trotsky tuvo que nadar a contracorriente y explicar pacientemente cuales eran los métodos realmente bolcheviques.

México y las luchas sindicales

El marxismo tiene que irse profundizando con el paso del tiempo y caracterizar las nuevas luchas de los trabajadores, sino se hace eso el marxismo muere. Pero afortunadamente siempre han existido teóricos revolucionarios que no lo han permitido.
La teoría Marxista no tiene un simple interés histórico. En palabras de Marx “no basta con entender la realidad hay que transformarla”. Para los marxistas no solo es teoría, también es practica, tenemos que participar en política defendiendo una autentica política de clase, denunciando los engaños de la burguesía y que es posible una sociedad mejor.
El 14 de octubre del 2003 más de 50 mil trabajadores detenían el régimen de jubilaciones y pensiones en el IMSS, sin embargo solo era temporal dado que el secretario general del sindicato Roberto Vega Galina negociaba que se pospusiera. Lo grandioso de esta lucha es como los trabajadores lograron presionar para que vega Galina se pusiera al frente de la lucha, aun a pesar de ser un dirigente charro. Por un lado se demuestra como hay momentos en que la clase obrera esta dispuesta a luchar y no solo eso esta dispuesta a darlo todo. En segundo lugar como el marxismo explica, los trabajadores en primera instancia se manifiestan a través de sus organizaciones tradicionales. En el caso del IMSS a través de su sindicato y a pesar de su dirigente. Si con anterioridad se hubiera formado una corriente de izquierdas dentro del sindicato del seguro social, cabía la posibilidad de que hubieran ganado la mayoría y tal vez arrebatado la dirección del movimiento a Vega Galina. Finalmente Galina pudo negociar e imponer el régimen de jubilaciones y pensiones.
Por otro lado ningún otro sindicato salió a luchar junto a los trabajadores del IMSS. Ni siquiera el SME con un sindicato con pociones de izquierda.
Otro ejemplo de cómo los trabajadores miran en primera instancia a sus organizaciones tradicionales son los mineros. Cuando El 19 de febrero de 2006 una explosión en la mina de carbón Pasta de Conchos dejó atrapados a 65 mineros y pasado algunos días, el gobierno informo que ya no los rescatarian, esto despertó rabia e indignación entre los trabajadores y las familias de los mineros atrapados.
Poco tiempo después se daría el ataque al SNTMMSRM tratando de imponer Elías Morales en lugar de Napoleón Gómez Urrutia, esto detonó una huelga general de 48 horas de 270 mil mineros de las 130 secciones del sindicato, con manifestaciones mineras en todo el país. Hidalgo, Coahuila, Guerrero, Chihuahua, Querétaro, Michoacán, Guanajuato, Estado de México, entre otros estados. La huelga si la estallaban en la sección 207, la sección 201 de Sombrerete, en Zacatecas, en la sección 298 de Nacozari de García, demandando autonomía sindical y contra de la destitución de su dirigente Napoleón Gómez Urrutia. La muerte de 65 mineros, aunado a las pésimas condiciones laborales de los trabajadores y el intento de destitución de Gómez Urrutia desataron todo el descontento guardado durante mucho tiempo, y defendieron al burócrata sindical Gómez Urrutia a pesar de su negro historial.
Muchas organizaciones obreras mostraron su apoyo a los mineros, por lo menos de palabra amagaron con convocar a una huelga general. Aparentemente se vislumbraba un frente único de sindicatos. Como los agrupados en el Congreso del Trabajo, los de la UNT, el SME, los trabajadores del Seguro Social, maestros y telefonistas.
Una de las tácticas correctas que ha revindicado la corriente de izquierdas la CNTE es dar la lucha por la democratización del sindicato. No salirse del sindicato, ha permitido a la CNTE haya podido reivindicar luchas que les han permitido a los trabajadores del magisterio seguir manteniendo ciertos derechos, los cuales muchos trabajadores no gozan. La CNTE ha encabezado luchas económicas, como de tinte político.
Ahora contra las reformas al la ley del ISSSTE y la alianza por la calidad de la educación (ACE), aunque estas últimas se han dado en el contexto de una crisis económica y la burguesía no esta dispuesta a retroceder en nada. La ley del ISSSTE no ha pasado tal cual el gobierno hubiera querido y en algunos estado la ACE esta prácticamente parada.
El despido de más de 40 mil trabajadores del SME, es un golpe brutal a la clase obrera de México. Todos estos trabajadores pertenecían a un sindicato con tradiciones de lucha. El SME es un sindicato de izquierda que parecía intocable. Sin embargo como lo mencionamos el reformismo siempre juega un papel de freno, la desaparición de LyFC y el despido de más de 40 mil trabajadores es el precio que tuvo que pagar por su reformismo.
Desde los primeros ataques a los demás sindicatos el SME se mantuvo pasivo, no paso de mandar contingentes a marchas o amagar con bajar el switch o convocar a una huelga que nunca se realizaba etc. El SME siempre tuvo la posibilidad de llamar a una huelga general seria, incluso presionar al PRD a que convocara a sus afiliados y simpatizantes a sumarse a la huelga.
Si esto hubiera ocurrido, no solo hubieran frenado los ataques a los trabajadores entre ellos la destrucción de LyFC, también pudieron haber llevado al AMLO al gobierno. Y aunque AMLO no es un revolucionario por lo menos no impulsaría tantos ataques como ahora lo esta haciendo Calderón. La llegada del PRD hubiera levantado la moral de los trabajadores, preparando un nuevo ambiente para futuras luchas.

El SOCIALISMO

A pesar de todo, los marxistas siempre mantenemos la moral en alto, y mantenemos una enorme confianza en la clase obrera. En nuestro país una y otra vez los trabajadores han demostrado su capacidad de lucha y de sacrificio. Hemos perdido algunas batallas, pero muy pronto estaremos presenciando luchas a un nivel mucho mayor que serán encausadas a través de sus organizaciones tradicionales. No debemos perder de vista que la lucha contra la explotación capitalista, es desaparecer la propiedad privada. La Planificación de las fuerzas productivas elevara a un nivel más alto a ciencia, las artes, la cultura pero sobre todo creara un sistema más equitativo para los trabajadores y sus familias.
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Sobre la guerra mediática del imperialismo

Raúl Arroyave Arango (MOIR)
Argenpress.info
miércoles 7 de abril de 2010

Introducción

“Una mentira repetida mil veces termina por convertirse en verdad”. Tal era el lema de propaganda de los nazis y tal el basamento de los ataques mediáticos con que la gran prensa moderna ha pretendido moldear la opinión pública mundial. La gran prensa es el cuarto poder, no sólo por todo lo que puede hacer en materia de desinformación, tergiversación, ocultamiento, manipulación, cortinas de humo y linchamiento mediático, sino porque de hecho, es propiedad de los grandes monopolios financieros ligados siempre al poder político que controla el Estado.
Sin rigor alguno y sin profundizar en los hechos, la difusión de las noticias, análisis y comentarios sobre los diversos acontecimientos mundiales está imbuida de una tremenda carga ideológica que la convierte en un fuerte instrumento de lucha en la actual geopolítica mundial. La elaboración noticiosa está a cargo de un puñado de agencias a nivel mundial por lo cual, en el mundo se sabe solamente lo que ellas digan. Se construye así la uniformidad del pensamiento que choca con toda la palabrería sobre la libertad de expresión y el acceso democrático a los medios masivos de comunicación. Cuando entidades como la SIP (sociedad Interamericana de Prensa) que agrupa a los grandes medios de comunicación del continente peroran sobre la libertad de expresión lo hacen es reclamando libertad para defender los intereses de los monopolios en cada país no para lograr una verdadera democratización de los medios de comunicación.
La primera sacrificada en toda guerra es la verdad. Lo que hoy se vive en el mundo es una feroz lucha por la hegemonía entre todos los grupos monopólicos. La ansiada supremacía unipolar del imperialismo norteamericano después de la guerra fría está siendo cuestionada en todas partes. Europa, China, Rusia, hasta el propio Japón, Brasil, India y otros países menores buscan su espacio bajo el sol. La intensidad de esta confrontación por el control de los mercados y las fuentes de materias primas se acrecienta por la guerra mediática que se convierte en preludio de futuras agresiones militares.

Algunos ejemplos

Las agencias de prensa internacional han lanzado una feroz campaña de desinformación y ataque contra todos los proyectos de izquierda en América Latina. Esta guerra mediática no ha escatimado esfuerzos ni se ha parado en procedimientos para lograr el propósito de desprestigiar y socavar a gobiernos que han cometido el crimen de seguir su rumbo histórico por fuera de los dictámenes imperiales de la Casa Blanca o de los monopolios Europeos y sus gobiernos de derecha.
Han fabricado en Venezuela a un Dictador sin importarles que Chávez ha ganado holgadamente y sin fraude, diez de las últimas once elecciones que allí se han convocado y han elevado a la categoría de detenciones políticas que atacan la liberad de expresión las decisiones judiciales contra personajes de la política y los medios, sin que interese que ellas se deben a concretas acusaciones de corrupción y malversación de fondos públicos, evasiones fiscales, calumnias y subversión del orden desde los medios de comunicación, hechos que contravienen las estipulaciones del código penal de Venezuela.
El Juez Baltasar Garzón se convirtió por un tiempo en el campeón de esa especie de Justicia Colonial en virtud de la cual, desde España se arrogaron la potestad de judicializar en el mundo entero a quien se les diera la gana. Pero la buena estrella del juez Garzón duró hasta que se atrevió a hurgar en la historia ibérica para destapar los crímenes cometidos por la dictadura franquista. El juez se transformó de ubicuo juzgador en reo común.
Hoy su lugar lo ocupa otro juez, Eloy Velasco a quien le ha dado por difundir la trama del acuerdo Chávez-Eta-Farc para poner a Venezuela en la picota mundial. Nada extraño si se tiene en cuenta que informes provenientes del Pentágono, la Casa Blanca y el Comando Sur dan cuenta de una Venezuela transformada en guarida de forajidos, en expedita ruta del narcotráfico y en el próximo país integrante del “Eje del mal” que amenaza la seguridad nacional de los Estados Unidos. ¿No es todo esto el prolegómeno de una invasión? Es decir, ¿Una “dictadura” que “concentra” los poderes, que “persigue” opositores, que “ataca” la libertad de expresión y que además se “junta” con terroristas, los “oculta” en su territorio y “favorece” al narcotráfico, no merece ser derrocada por la fuerza? ¿Y ese derrocamiento no es mucho más necesario si resulta que esa “dictadura” se asienta en un territorio rico en petróleo y minerales estratégicos?
Estados Unidos invadió a Irak después de mentir ante la ONU y el mundo entero sobre el arsenal de armas de destrucción masiva. Hablaron de implantar en ese país una democracia al estilo occidental pero sólo bastó que las recientes elecciones fueran ganadas por la oposición para que procedieran a desconocerlas. Hablan de aislar a Irán por su proyecto nuclear, pero silencian que países amigos de Estados Unidos, como Pakistán a Israel son potencias nucleares y que en este último, el científico nuclear Mordekai Wanunu que divulgó el secreto paga una condena de 18 años por hacer esta revelación, sin que ninguna agencia noticiosa del mundo imperialista hable de sus derechos humanos.
La hipocresía de las agencias de prensa imperialistas sobre las reelecciones presidenciales no tiene nombre. Machacan una y otra vez en las de Chávez, pero guardaron prudente silencio sobre la de Uribe Vélez y callaron cómplices hasta que estuvo a punto de conquistar la segunda. Sin embargo olvidan al presidente Karzai de Afganistán que fue reelegido como candidato único después del retiro de su contendor por fraude electoral y las sucesivas reelecciones por 28 años de Hosni Mubarak en Egipto y por 22 años de Zine El-Abdine Ben Ali en Túnez, leales aliados incondicionales de Estados Unidos.
La última gran ofensiva mediática de las agencias noticiosas imperialistas tiene que ver con las huelgas de hambre en Cuba. Al unísono salieron a respaldarlas tanto desde Estados Unidos como de Europa, estatuyéndolas, sin un mínimo de rigurosidad, como de presos políticos. El difunto Orlando Zapata es un delincuente común venido a más por la manipulación mediática y Guillermo Fariñas es un disidente que no está preso y hace la huelga de hambre desde su casa.
Todos a una, en tremendo coro, le exigen a Cuba la libertad de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos. Esas agencias de noticias y esos medios son los mismos que han silenciado la presencia del terrorista prófugo Posada Carriles en Estados Unidos, autor de la voladura en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación que mató a 73 civiles; que han callado sobre los horrores gringos en Guantánamo y Abu Ghraib; los que no han dicho palabra alguna sobre las 17 veces que la ONU ha votado para que cese el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba; que no han visto las 10 veces que ha votado la ONU para que Israel cese sus violentas agresiones y desalojos contra el pueblo palestino; que les parece legítimo que Estados Unidos gaste más de 80 millones de dólares al año promoviendo desde Miami Radio y TV Martí para subvertir a Cuba y que la agencia gringa para el desarrollo, la USAID, gaste en Venezuela más de 15 millones de dólares al año promoviendo la insurrección de los grupos estudiantiles contra el legítimo gobierno Chávez.

A propósito de la “libertad” en Internet

Lo primero que debe recordarse es que el Internet es un descubrimiento tecnológico norteamericano de hace 40 años. Lo que empezó como una necesidad en las comunicaciones del complejo militar-industrial estadounidense, en prevención de un ataque nuclear, devino en un invento de uso comercial bajo el control de los Estados Unidos. La legislación ha sido elevada para considerarlo un recurso estratégico al igual que la tierra, el mar, el aire, el espacio sideral y el espectro electromagnético y las aparentemente “inofensivas” redes sociales como Facebook, YouTube, Flicker y Twitter han sido declaradas por el Secretario de Defensa Bob Gates como activos estratégicos de gran importancia.
De Twitter afirma su dueño Biz Stone que tiene tres metas ”Ayudar en algo a cambiar el mundo, hacer buenos negocios y divertirnos mucho”, pero, más allá de la aparente inocencia, estas redes han sido utilizadas para desestabilizar a los países que se niegan a seguir los dictámenes de Washington. Así ocurrió en Ukrania con la revolución naranja, en Moldavia cuando los gringos decidieron desconocer unos resultados electorales, en Irán donde promovieron la insurrección contra el gobierno desconociendo las pasadas elecciones de mitad de 2009 y en China país contra el cual han decidido desplegar abierta ciberguerra para doblegarlo y someterlo a sus designios.
El Internet es usado por Estados Unidos para hacer espionaje financiero y militar y para desarrollar sabotajes a las comunicaciones de países rivales. Además, controla hegemónicamente los millones de DNS, dominios de nombre de servidores de Internet que pueden ser borrados o bloqueados a su antojo. Esto explica la cerrada oposición gringa a que el Internet sea administrado por un organismo multinacional independiente o por las propias Naciones Unidas como un patrimonio de la humanidad.
Así como la Internet puede servir para difundir en tiempo real noticias o rumores, asimismo, la información que allí se compendia puede ser manipulada con fines políticos y propagandísticos. Tal es el caso de Wikipedia, la enciclopedia más famosa en la red, en la cual, cualquier persona puede agregar información editando los artículos. Se ha probado que desde ordenadores de la CIA y el FBI han incursionado en los artículos de Wikipedia para editarlos, matizarlos, o abiertamente desnaturalizarlos sobre temas sensibles para la imagen de los Estados Unidos.
En este marco hay que analizar las actuales confrontaciones de China con el motor de búsqueda Google. La cuestión está en que la proliferación de mentiras en Internet alcanza velocidades de vértigo y en que no se puede controlar en Internet esta tendencia hacia la mentira y la manipulación. En últimas, nadie es responsable por lo que allí aparece. Aparece así otro frente de lucha por la defensa de la soberanía nacional. Ella tendrá que ser defendida no sólo contra el tradicional neocolonialismo militar o económico, sino contra el más sutil pero no por ello menos abrumador colonialismo informático.
Por ahora, sólo una potencia como China poseedora de más de 800 mil millones de dólares de deuda norteamericana puede plantear tal desafío a la hegemonía norteamericana, pero, más temprano que tarde, los demás países deberán adoptar medidas semejantes.
Los chinos, con razón, consideran que deben limitar cualquier contenido que dañe la seguridad nacional o los intereses sociales. Por ello, permitieron el ingreso de Google en el año 2004 con la condición de censurar el acceso a páginas pornográficas y a las páginas de las redes Facebook, Twitter, YouTube, Google Docs y Blogger, así como bloquear versiones sobre los sucesos de la plaza de Tien Anmen en 1989 y el aliento a las pretensiones separatistas de las provincias chinas del Tibet y Xinjiang.
Las cosas están amenazando con tomar ribetes mayores. Estados Unidos se ha declarado decepcionado por los hechos y ha amenazado con denunciar a China ante la OMC por el caso Google por considerarlo violatorio del libre comercio. El doble juego de Estados Unidos hacia China tiene que ver, de una parte, con la cautela con que debe tratar a uno de los más poderosos poseedores de títulos de deuda y de otra, con las ancestrales pretensiones imperialistas de mantener su hegemonía en la cuenca del pacífico vendiendo armas a Taiwán, promoviendo el separatismo de las provincias chinas, alentando con reuniones bilaterales la insubordinación del Dalai Lama y elevando los aranceles a los neumáticos y derivados de acero provenientes de China. Aun así, sin embargo, los chinos le han dicho a Google que tiene que cumplir las leyes chinas y para menguar su arrogancia han respondido que "En el pasado, Internet en China se ha desarrollado muy bien sin Google y los internautas chinos podrán seguir en línea sin Google", rematando que "El planeta no dejará de girar porque Google se vaya".

Raúl Arroyave Arango es Director Dpto. Relaciones Internacionales CUT.

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¿SE AVECINA OTRA REVOLUCIÓN?

México: 1810, 1910, ¿2010?

Desde el siglo XIX, México ha vivido una revolución cada cien años. Hoy el desempleo, la precariedad, el narcotráfico y el fraude electoral podrían tener abonado el terreno para una nueva revolución.

  • “El Gobierno nos llama narcos por defender los derechos indígenas”
  • La fallida guerra contra el narco

César Morales Oyarvide Periódico Diagonal, Número 123
Miércoles 7 de abril de 2010.

“Si tras el cartel no marcharan decenas de miles de personas, el texto de la pancarta que encabeza la nueva movilización en Oaxaca podría tomarse con ligereza. ‘Calderón: nos vemos en el 2010’. Un iracundo Emiliano Zapata flanquea la leyenda junto con dos carabinas”. Así describe una escena de la que fue testigo en 2006 el periodista Diego Osorno en su libro Oaxaca sitiada, la primera insurrección del s. XXI. Ya desde entonces el panorama se presentía tormentoso para el final de la década.
Desde que nació como Estado, el décimo año de cada siglo en México ha estallado una revolución. En 1810, el país declaró su Independencia de España, dando inicio a una lucha que dejó cientos de miles de muertos, en su mayoría indígenas, y que culminó en septiembre de 1821. En 1910, se inició la Revolución Mexicana contra la dictadura de Porfirio Díaz, la primera y una de las más grandes revoluciones agrarias del siglo, una guerra civil que costaría más de un millón de muertos. Con una duración también de una decena de años, que al final tomó la forma de un régimen autoritario: el del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
¿Algo semejante podría ocurrir este año? John Ross, veterano periodista norteamericano afincado en México, respondía así en Counterpunch en noviembre de 2009: “Ya sea por el ciclo de los 100 años, sea por una medida del metabolismo político de México, o por una coincidencia en los números, esto ha llevado a los académicos a volver a sus libros de historia”. Y las similitudes existen. El historiador José C. Briones, autor de Crisis del Estado: México 2006, no duda en comparar las épocas. Hace un siglo la paz de la dictadura de Díaz se quebró por las jornadas de lucha de diversos sectores de los trabajadores, entre las que destacaron las huelgas de los mineros en Cananea en 1906 y de los trabajadores textiles en Río Blanco en 1907. De igual manera, hoy, en el sexenio de Calderón, las luchas de los trabajadores en Lázaro Cárdenas y Pasta de Conchos, los ejidatarios de Atenco, la población en Oaxaca, han marcado la resistencia de los de abajo, pero todas las luchas acabaron en represión y asesinatos.
También Ross señala que “Calderón, con dudas aún sobre su elección en 2006, es tan impopular como lo fue el dictador Porfirio Díaz cien años atrás, también en el poder por medio de fraudes. Además, como el dictador, está gastando miles de millones para la puesta en escena de la celebración del bicentenario, en medio de circunstancias de crisis económica y descontento social”.
Juan Caballero, de 109 años, veterano de la Revolución que se unió a los 14 años a las fuerzas de Villa, declaraba a la revista Proceso: “Estamos rumbo del carajo, no vamos nada bien. Estamos peor que en 1910. Hace cien años la gente de alguna forma tenía para comer en el campo. Hoy eso se acabó, ya no hay campo y en las zonas urbanas hay hambre y desolación”, dice el veterano villista.

Factores para la revolución

Para los analistas las posibilidades reales de una insurrección deben ser medidas en función de unas tensiones objetivas y unas fuerzas subjetivas que hagan posible o no un movimiento como los pasados.
Según Ross hoy se dan las condiciones objetivas para un estallido social: “México sufre la peor crisis económica desde la Gran Depresión, millones de personas están desempleadas, 72 de los poco más de 100 millones de mexicanos viven por debajo o cerca de la pobreza y la desigualdad de ingresos es comparable a la de África. Los partidos son motivo de desconfianza, y las elecciones son sospechosas de fraude a pesar de los esfuerzos por crear una maquinaria electoral moderna y transparente”, asegura.
A esto hay que añadir que las principales fuentes de divisas para el país, el petróleo, las remesas de los migrantes y el turismo, han caído de forma grave. El número de ejecuciones relacionadas con el narcotráfico ha sufrido un aumento considerable, hasta una cada hora, en promedio, durante 2009. Y por si esto fuera poco, desde finales de año, una serie de medidas del Gobierno de carácter impopular suben los impuestos, encarecen los combustibles, la energía eléctrica y la canasta básica de alimentos. Mientras se destruyen miles de empleos, como los 44.000 que se perdieron con un sólo decreto, el que declaró extinta la empresa pública Luz y Fuerza del Centro en octubre.
Como argumenta en un artículo Francisco Gutiérrez Sanín, de la Universidad Nacional de Colombia, los tres factores que hacen más proclive a un país para la emergencia de la violencia política son la alta desigualdad, la presencia del narcotráfico y la represión del régimen.

Posibles actores de un cambio

La oposición armada se encuentra fragmentada y aislada. En Chiapas, el EZLN ha tenido éxito en la construcción de espacios autónomos regionales, pero sus intentos de extenderse más allá de su zona de influencia han fracasado. En los Estados de Guerrero y Oaxaca, sureños, pobres con alta presencia indígena y una larga tradición guerrillera, operan varios grupos insurgentes, como el EPR o el ERPI. A diferencia del EZLN, estos grupos defienden la violencia revolucionaria y siguen una estrategia clásica de toma del poder. Aunque han reivindicado la autoría de golpes de importancia tienen limitada capacidad de convocatoria.
La izquierda electoral está representada por el PRD, un partido enfrascado en pugnas entre sus facciones, cada vez más desacreditado y que ha participado en la represión de protestas sociales junto al Gobierno del PAN, y por el movimiento creado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Sin embargo, su actitud abocada a la vía electoral con miras en las elecciones presidenciales de 2012, los hacen poco probables protagonistas de una revolución en 2010. Más relevante parece ser una izquierda aparentemente desorganizada y que está cada vez menos conforme con el desempeño del PRD y el electoralismo de AMLO. Fueron los que estuvieron en las multitudinarias marchas en apoyo a este último en el conflicto postelectoral de 2006, en las barricadas en Oaxaca, y apoyando al Sindicato Mexicano de Electricistas.

Antes de echar las campanas al vuelo

Hay quienes aconsejan cautela a los entusiastas de una revolución. El corresponsal de La Jornada en Chiapas, Hermann Belinhausen, piensa que los pronunciamientos de las autoridades sobre un eventual estallido están pavimentando el camino para un incremento de la criminalización de la protesta social, y un pretexto para una mayor militarización. Y otros, los más, desestiman la idea. El propio John Ross considera la posibilidad de muy remota pues “la memoria de las enormes tragedias humanas que acompañaron los procesos iniciados en 1810 y 1910 han hecho a los mexicanos cautelosos en lo tocante a la palabra con ‘r’ y al cambio social violento”. Además, sociólogos como Nelson Arteaga Botello consideran que la sociedad se ha vuelto cada vez más indiferente hacia la desigualdad, que se ve como algo legítimo, lo que desactivaría uno de los principales resortes de una posible revolución. Como se leía en un número pasado de El Insurgente, el medio de comunicación del EPR, parece que las condiciones objetivas para hacer una revolución en 2010 existen, pero las fuerzas subjetivas que pueden llevarla a cabo no están cohesionadas ni consolidadas, lo que hace una revolución posible, pero no probable.
Fuente

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Reforma Laboral

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Video. Reforma Laboral Antipopular

El gobierno federal insiste en impulsar un proyecto de reforma laboral de corte neoliberal, contrario a los trabajadores, que puede detonar grandes movimientos sociales.
Si lo que se pretende es hacer más competitiva la economía nacional, deben realizarse reformas que mejoren el mundo del trabajo y la situación de los trabajadores y las empresas, particularmente micro y pequeñas, además de revitalizar el mercado interno.
Los trabajadores, que han sido los más afectados por la aplicación de medidas neoliberales en el ámbito laboral durante los últimos 20 años, como las recientes modificaciones a las leyes del IMSS y el ISSSTE.
Con las reformas impositivas fast track a las leyes del IMSS y el ISSSTE, ya se está imponiendo abrupta e ilegítimamente, con reformas legislativas antipopulares, la primera parte de la reforma laboral, toda vez que el derecho a la seguridad social es la otra cara de la moneda del derecho del trabajo.
La reforma laboral que promueve la actual administración federal es la misma que quedó pendiente durante el sexenio foxista.

Dr. J.Alfonso Bouzas: sobre la Reforma laboral (antipopular)

Fuente: Tutvmx

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