martes, 6 de abril de 2010

Por la defensa de la Ley Federal del Trabajo

José María Carmona
Cambió de Michoacán
Martes 6 de Abril de 2010

El diputado federal Gerardo de los Cobos presentó ante la Cámara de Diputados la iniciativa de ley para reformar la Ley Federal del Trabajo, tal iniciativa es parte de las llamadas reformas estructurales que supuestamente tienen el propósito de que la economía mexicana vuelva a crecer a una tasa del cinco por ciento en términos anuales.
La reforma laboral impulsada por los panistas y que ya la hizo suya el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, forma parte de toda una ofensiva que han lanzado las cúpulas empresariales y el gobierno de Calderón para aniquilar las conquistas históricas de la clase trabajadora del país.
Como es conocido, el gobierno calderonista ha lanzado una feroz ofensiva contra los principales sindicatos del país, primero fueron los mineros, donde abiertamente intervino el gobierno en la toma de nota de su dirigente Napoleón Gómez Urrutia, argumentando que este dirigente sindical había malversado los fondos de los trabajadores, por lo cual se le fincaron responsabilidades de carácter penal y una orden de aprehensión, por lo cual tuvo que refugiarse en Canadá.
Posteriormente el verdugo de los trabajadores, Lozano Alarcón, secretario del Trabajo, ha declarado inexistentes las huelgas mineras, particularmente la de la mina de Cananea, así como la de Zacatecas y la de Taxco, Guerrero.
La misma política se les ha aplicado al sindicato vidriero de San Luis Potosí, donde en todos estos conflictos laborales se ha declarado la inexistencia de las huelgas y por lo tanto de las relaciones laborales; la fábrica vidriera de San Luis Potosí es la que produce los embases de cerveza para el Grupo Modelo y que pertenece a la esposa del ex embajador de los Estados Unidos en México.
Pero el golpe mayor de la política antilaboral de Calderón fue al Sindicato Mexicano de Electricistas, al decretar la extinción de la compañía de Luz y Fuerza del Centro, de manera anticonstitucional, negándole el derecho de audiencia a los electricistas y poniendo fin a las relaciones laborales, y con ello aniquilando el contrato colectivo del trabajo de uno de los sindicatos más importantes del país.
Todos estos conflictos laborales tienen un denominador común, es la intervención abierta y directa del gobierno calderonista en la vida interna de los sindicatos, violentando la autonomía y confiscando las finanzas de los sindicatos, como es en los casos de los mineros y los electricistas.
Ahora la clase obrera y los trabajadores en general enfrentan un desafío de carácter histórico, que es defender la conquista más importante: la Ley Federal del Trabajo, y para ello es necesario ponerse en guardia para convocar a la unidad contra la ofensiva de la patronal y el gobierno que pretende aniquilar el derecho de huelga, la contratación colectiva y la estabilidad en el trabajo, sin dejar de lado la legalización de la precarización del trabajo, así como la servidumbre laboral como lo apuntó el investigador Raúl Jiménez Lescas hace dos semanas en el diario Cambio de Michoacán.
Las cúpulas empresariales argumentan que la existencia de las relaciones laborales rígidas existentes en el país son un “obstáculo” para el crecimiento económico y la competitividad, lo cual es falso, porque desde la década de los años 90 del siglo pasado la mayoría de los sindicatos de las industrias exportadoras, principalmente, aceptaron flexibilizar las relaciones laborales mediante la reestructuración productiva y los programas de productividad.
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