jueves, 4 de marzo de 2010

Negocio y derechos laborales

Aderak Quintana Estrada
Libertad de Palabra
En pocas palabras
1 Marzo 2010

Los dos últimos gobiernos federales de sangre azul, si a eso se le puede llamar gobierno, se han caracterizado en destruir huelgas y desaparecer derechos laborales de la noche a la mañana. Con una fe arraigada en el neoliberalismo y no en el catolicismo como pretenden hacernos creer, practican una doble moral, por una parte promueven de forma animosa una política laboral flexible (revisar en pocas palabras nuestra opinión El empleo y cosas raras), y por la otra dan excesiva protección a los grandes empresarios. Basta recordar el conflicto laboral entre las empresas LyFC y Minera de Cananea con sus respectivos sindicatos.
Desde el pasado 30 de julio de 2007, el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana decidió iniciar una huelga minera con el fin de exigir mejores condiciones de trabajo. Si dudamos de sus precarias condiciones, basta recordar la tragedia de Pasta de Conchos el 19 de febrero de 2006 donde 65 mineros resultaron muertos. Durante 30 meses, en lugar de dar solución al conflicto, el dueño de la empresa y los gobernantes de sangre azul iniciaron un hostigamiento judicial en contra del dirigente sindical, e inclusive trataron de imponer una dirigencia “democrática” por conducto de la célebre Secretaría del Trabajo.
Detrás del conflicto laboral en Minera de Cananea se encuentra un fuerte negocio de miles de millones de dólares. El pequeño negocio es uno de los yacimientos cupríferos (cobre) más grandes del mundo, calculada con 80 años más de vida, y representa más del 60% de las utilidades de Grupo Industrial Minera México, que es propietaria de la mina.
Asimismo, Grupo México es la compañía minera más grande del país, la cual produce el 90% del cobre, y una cantidad importante de oro, plata y zinc. Con dicha porción de mercado puede especular con los precios.
El pequeño negocio es propiedad de Don Germancito Larrea, heredero de la fortuna familiar y orgulloso por aparecer en los primeros lugares de la lista de los multimillonarios de la revista Forbes, fortuna que crece a pesar de la crisis económica, las huelgas y conflictos a los que se enfrenta. No podemos negar que es un orgullo de la clase empresarial mexicana y posiblemente un ejemplo a seguir por muchos mexicanos.
El modesto negocio, estamos hablando de Mexicana de Cananea, fue adquirida por el papá de Don Germancito (conocido como El Azote) en la venta de garaje de empresas públicas. El inició de la venta de la minera por parte del gobierno federal tricolor de ese entonces se inicia en 1989, como de costumbre, primero se reprimió a sus trabajadores y después se declaró en quiebra la empresa, para que el valor de mercado fuera una ganga.
La familia Larrea al adquirir la empresa, además de despedir al 30% de los mineros que trabajaban hasta ese momento y cerrar distintas áreas de la empresa, como construcción, mantenimiento, calderería; aceptaron “repartir” el equivalente al 5% de las acciones entre sus trabajadores. El monto de acciones a la fecha no ha sido repartido a pesar de la presión del sindicato y sus trabajadores, siendo un punto central en las demandas de la actual huelga. Dicha participación accionaria, en el 2004 a valor presente se calculó en cerca de 5 millones de dólares.
A pesar de la resolución legaloide adoptada por el segundo tribunal colegiado en materia laboral del Distrito Federal, en la que se da por terminada la relación de trabajo entre Mexicana de Cananea, y lo mas de mil agremiados, la lucha seguirá. La huelga de Minera de Cananea, en pleno festejo centenario nos recuerda aquella que dejo una huella profunda en nuestra historia. Ambas huelgas mineras, han contribuido a construir y defender los derechos laborales de los mexicanos.
Correo electrónico: lak.quintana@gmail.com
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