domingo, 10 de octubre de 2010

Licitación al gusto

Miguel Ángel Granados Chapa
El Mañana
10 de Octubre, 2010

La distribución del espectro radioeléctrico es un asunto que concierne a todos, porque de su diseño y aplicación correctos pueden desprenderse beneficios o perjuicios para los usuarios de las telecomunicaciones, específicamente de la telefonía celular, a que se refiere al polémica y formalmente concluida licitación 21, que incluyó la entrega de una jugosa concesión a Televisa-Nextel. Si la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Comisión Federal de Telecomunicaciones han dicho verdad, ese desenlace significará una mayor competencia y por lo tanto mejores condiciones para el acceso y uso de la telefonía. Si no es así, el resultado habrá sido contrario a los intereses generales para servir al gran consorcio de la televisión, que ahora ingresa directamente al mercado de la telefonía celular en el que ya estaba a través de Cablevisión.
Hemos insistido en la contumacia de esas autoridades en llevar el proceso de licitación hasta el final, no obstante las críticas, advertencias y litigios que buscaron detenerlo. Hasta el Presidente de la República, en varias ocasiones -una de ellas en un importante foro, el de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, se presentó como aval de un procedimiento discutible desde su origen y que en su fase terminal mostró la obsequiosidad de una porción del gobierno panista hacia Televisa.
Esa porción final se abrió el primero de octubre, cuando el titular de la SCT, Juan Molinar Horcasitas compareció ante comisiones en la Cámara de Diputados. La licitación 21 ocupó buena parte de la prolongada estancia del secretario en San Lázaro y dio lugar a los intercambios de palabras más llamativos y enjundiosos. Y sin embargo, el asunto no mereció una línea en el boletín de esa dependencia donde se da cuenta de que el secretario "comparece ante diputados".
Al día siguiente, en cambio, en otro comunicado la SCT no pudo contener su animo triunfalista: "A partir de ayer viernes, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes procedió a la expedición de los títulos de concesión para el uso, aprovechamiento y explotación de las bandas de frecuencia del espectro radioeléctrico para acceso inalámbrico que fueron objeto de la licitación 21.
"Asimismo, se procedió a la entrega de los títulos de concesión correspondientes al consorcio Nextel-Televisa.
"El espacio radioeléctrico constituye una vía general de telecomunicación cuyo uso, aprovechamiento y explotación es de interés público, por lo que a través de su concesión se busca promover un desarrollo eficiente de las telecomunicaciones, así como mejorar precios, diversidad, cobertura y calidad de los servicios, en beneficio de los usuarios. Igualmente sirve para fomentar la sana competencia entre los distintos prestadores de servicios".
Ese comunicado se entregó durante una conferencia de prensa inusualmente celebrado en sábado. Para no desmentir la idea, fortalecida durante esta licitación, de que las autoridades de telecomunicaciones (SCT y Cofetel) están capturadas por algunos sujetos regulados, Molinar Horcasitas se mostró como obediente cumplidor de los deseos del consorcio beneficiario. Encabezó el encuentro con los medios flanqueado por Peter Foyo y Gustavo Cantú, presidente y vicepresidente de Nextel de México. Fue sincero el secretario al reconocer que ambos le habían pedido hacer la entrega cuanto antes, y no el lunes siguiente. Y como está a sus órdenes hizo lo solicitado. "No había ningún obstáculo legal vigente para la entrega de los títulos", aseguró. Por su lado, el huidizo director de la unidad jurídica, Gerardo Sánchez Henkel, experto en escapar de las notificaciones de los jueces que ordenaron a las autoridades abstenerse de entregar los títulos, explicó la maniobra que permitió eludir esos mandamientos: se abrió una "ventana de oportunidad" entre dos momentos judiciales, ocurrido uno en la mañana y otro ya tarde ese mismo viernes: temprano les fue notificado -esta vez por supuesto sin dificultad- fallo del juez quinto de distrito que anuló la última suspensión judicial que hubiera evitado la entrega; y el otro por la tarde, cuando la SCT recibió una nueva orden judicial, procedente de un juzgado federal con sede en Córdoba que renovaba la prohibición de entregar los títulos. Pero esta resolución llegó cuando el acto reclamado se había ya consumado, entre una hora y otra, justamente cuando Molinar Horcasitas volvió de su faena en la Cámara, donde pretendió dar lecciones de ética y buenas maneras a diputados que, por definición, no pueden ser reconvenidos por sus opiniones.
El repertorio de asuntos planteados por los legisladores al secretario de Comunicaciones es un muestrario de las deficiencias de su gestión. Se puso la atención especialmente en la licitación 21, pero también se cuestionó la posición de la SCT en lo tocante al quebranto de Mexicana de Aviación, asociado a la degradación de rango en la seguridad ofrecida por los aeropuertos mexicanos, procesos ambos que han puesto en jaque a la industria aeronáutica de nuestro país, a causa de la falta de una política gubernamental en la materia. Se reprochó asimismo a Molinar el subejercicio presupuestal de su secretaría. Y, como será inevitable mientras viva, no obstante que no era el tema de su comparecencia se trajo a la mesa el crimen de la guardería ABC. El ex diputado, como le gustó presentarse, reaccionó con la altanería ofendida de quien se siente superior a sus ofensores. Fue especialmente desdeñoso ante las ofensas que a su juicio le espetó el diputado Mario Di Constanzo, a quien varias veces, soterradamente, amenazó con llevarlo a juicio, al advertirle, en una suerte de ritornelo, que "su fuero no alcanza" para tal o cual cosa. En su última respuesta en este tenor, Molinar se parapetó tras el muro de la "decencia", concepto clasista con que los de arriba impedían la crítica de los de abajo cuando podía hacerlo. Un legislador, por lo demás, no se halla en ningún sentido en posición inferior a la de un secretario. Pero juzgue usted mismo lo dicho por el titular de la SCT en relación a los señalamientos sobre su papel en la autorización de la guardería ABC que como se sabe se incendió cuando Molinar ya no dirigía el IMSS:
"Su fuero no le alcanza para ser un majadero, su fuero no le alcanza para insultarme impunemente, su fuero no le alcanza para injuriarme impunemente. Llamar sicario a alguien es desde luego constitutivo de una violación a la ley. Usted piensa que su fuero le alcanza para portarse como un barbaján enfrente de cualquiera. Conmigo no le va a alcanzar, Usted tiene la obligación de respetar a cualquier persona, como cualquier ser humano exige y debe recibir respeto. Usted es incapaz de darlo. Una y otra vez ha insultado no solamente a mí sino a muchos de los que han participado aquí y que no han recibido de usted el trato correcto que una persona decente está obligado a ofrecer...".
El debate medular de la comparecencia de Molinar lo planeó el diputado panista Javier Corral. Presidente de la de Gobernación, no forma parte de las comisiones que recibieron al secretario, por lo que participó por una autorización especial y expresa de su bancada. La necesitaba, como necesitó aclarar que hablaba a título personal. Fue seco y duro el examen de la gestión del compareciente. No estando de acuerdo con los modos de quienes increparon a Molinar a propósito de la guardería, calificó de inmoral su actuación a lo largo de la licitación 21 y consideró que es, "quizá, el miembro del gabinete del presidente Calderón que más arriesga ya innecesariamente la imagen de la administración y que más cuesta al prestigio político de Acción Nacional".
Fue exactamente al punto: "la licitación 21 es fruto de varias omisiones conscientes de su parte", todas destinadas a favorecer a Televisa: "El diseño y las acciones posteriores fueron pensados y ejecutados para que así ocurriera, y por eso la diferencia entre lo que pagará Televisa por el enganche y lo que pagarán Telcel y Telefónica por el mismo número de megahertz es de 28 veces: 180 millones contra 5,063".
Molinar aceptó debatir con Corral en cualquier otro foro, por lo pronto, en San Lázaro se limitó a usar una retórica pretendidamente ingeniosa. Remitió a aquel futuro encuentro la explicación de por qué sólo el consorcio Nextel-Televisa pujó por el tramo que ese mismo día, al salir de la Cámara, puso en manos de los interesados.
El pasado presente.- En la noche del diez de octubre de 2009, hoy hace precisamente un año, tropas militares y de la Policía Federal se apoderaron de las instalaciones del organismo público denominado Luz y Fuerza del Centro. Desalojaron al personal que se hallaba en las subestaciones e impidieron el que se llevaran consigo ni siquiera sus pertenencias personales. Horas después se dio a conocer el decreto de extinción de esa empresa pública, con lo que de un plumazo se dejó sin empleo a cuarenta y cuatro mil trabajadores, miembros todos del Sindicato Mexicano de Electricistas, del que también forman parte veintidós mil jubilados cuyo destino es incierto todavía, un año después.
César Sánchez, un joven ensayista y crítico de arte, vinculado al SME por su interés en el mural que realizó en las instalaciones del sindicato un grupo de pintores españoles recién llegado a su exilio, ha escrito "El poder del estado mexicano contra los electricistas. Crónica del asalto del diez de octubre". El relato sobre lo ocurrido en esa fecha se sitúa no lejos del domicilio principal de Luz y Fuerza, en el Circuito Interior esquina con Marina Nacional. Comienza con el diálogo de una pareja que había apagado el televisor cuando transmitía un juego de la Selección mexicana de futbol:
"¿Qué carajos pasa?, se interrumpió a sí misma de repente. Ya son muchos helicópteros, ¿no te parece? Ya han de haber hecho su desmán acostumbrado los que se ponen la verde.
- Sí, ha de haber pasado algo -le respondí a Karla mientras ella abría el balcón y corroboraba el vuelo de más de dos helicópteros que rodeaban toda la colonia San Rafael. Prendió el televisor para ver si había algún comentario en relación con el insistente sobrevuelo de los helicópteros.
- Miguel, espera ¡espera!, hazte a un lado. ¡No mames! ¡Puta madre! ¡Ya valió madres!
- ¿Qué pasó?
- Ven a ver esto, Karla. Nos quedamos atónitos ante las imágenes que transmitía el televisor: el edificio de Luz y Fuerza del Centro rodeado por granaderos de la Policía Federal Preventiva, escenas que parecían haber sido realizadas por su fábrica de sueños. Los soldados vestidos de policías bajaban de sus camiones grandes placas de metal que una a una en línea iban conformando una fortaleza en torno a las oficinas centrales de la empresa paraestatal.
- ¡Me voy! -le dije a Karla al momento en que me vestía en ropa de calle.
- Pero, ¿qué hacemos?, ¿qué hago?
- Ten prendido el celular y la computadora. A lo mejor por internet te enteras de lo que está pasando.
- ¡Muy bien... Te cuidas!
En cuanto salí del departamento no dejé de correr. Pensé: el edifico de Luz y Fuerza está tomado; ese es un hecho. ¿Qué estaría pasando en las oficinas centrales del SME? Tres cuadras me apartaban de saberlo, por lo que decidí dirigirme a él.
- Poli, escuche: no deje pasar a nadie, son órdenes expresas de Nacho. Por favor. Espere, me llaman. Sí, bueno, ¿bueno? ¿Bueno? ¿Qué pasó, Karla?
- De la chingada. Hace apenas cinco minutos que llegaron los primeros secretarios, nadie sabe realmente qué está pasando. ¿Tú tienes algo?
- Sí, en internet, en la página de la Secretaría de Gobernación acaban de subir un decreto. Subrayé algunas cosas que creo que es importante que sepas. ¿Te las leo?
- Sí, adelante, escucho.
- Decreto por el que se extingue el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro...
- ¡No, no, no! ¡Al carajo su decreto de extinción y lo que tenga en mente la clase política mexicana!
Negro -se escuchaba atrás del escenario del auditorio, al pie de las escalinatas que conducen a los camerinos, los gritos que Eusebio dirigía a Reynaldo, también conocido por el apodo de el Negro, encorvado de la espalda por la firme actitud de mantener metidas sus dos manos en los bolsillos de su pantalón de trabajo, mientras Eusebio Álvarez se mantenía a la expectativa y en actitud de reacción inmediata ante lo que pudiera presentarse.
- ¡Hola, Negro! ¿Cómo estás, Eusebio?
Me acerqué a ellos en busca de un grupo al que adherirme y con el cual compartir la incomprensión e incertidumbre que gobernaba en esos momentos.
- ¡Cómo hemos de estar, pinche César! ¡De la chingada! ¿No crees tú?
Sólo atiné a responderles asintiendo con la cabeza. Distraído entre lo que decía Eusebio y lo que sucedía en el auditorio, Reynaldo trataba, no con mucho éxito, de mantener la calma.
- ¿Qué vamos a hacer? Ya nos chingaron.
- Espera, Negro -le contestó Eusebio con tranquilidad, al tiempo que le palmeaba la espalda, intentando transmitirle confianza.
- A partir de este momento debemos tener mucha cautela y actuar con astucia e inteligencia, Mucho me temo que este madrazo no es sólo un golpe contra el SME, sino a toda la clase trabajadora de México -siguió diciendo Eusebio en tono burlón- y es que en la mentalidad emprendedora del ser neoliberal no cabe el mínimo respeto por las garantías laborales de los trabajadores".
Fuente

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